UN COCHE DE PELÍCULA
Treinta años en la carretera han hecho que el SEAT Ibiza sea mucho más que un coche. También se ha convertido en un icono y referente en el mundo audiovisual. Así lo asegura Alan Salvadó, profesor de historia del cine en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y en la escuela de cine ESCAC. “El SEAT Ibiza ha estado presente en muchas películas, en series o en anuncios, y lo curioso del caso es que no solo ha sido un coche que ha aparecido en la cinematografía española, sino que también se ha extendido a otras cinematografías europeas como la francesa o la italiana”, explica.
Historias del Kronen, Carne trémula o El mito de Bourne son algunas de las más de 500 producciones nacionales e internacionales en las que ha aparecido este automóvil. Para Salvadó, la utilización de este modelo en el mundo audiovisual responde a que “al ser un coche con una vida tan longeva es lógico que acabe creando cierta empatía, no solo entre los conductores sino en la propia sociedad”.
El vínculo entre automóvil y cine viene de lejos. Nació hacia los años 70 de la mano de las road movies americanas. En aquella época, la voluntad de romper con lo establecido hizo que empezara a cultivarse el mito del viaje, de la carretera y, por extensión, del coche. Fue precisamente en estos años cuando los vehículos comenzaron a considerarse un objeto fetiche y a tomar un simbolismo hasta entonces poco conocido.
Con el paso del tiempo, según Salvadó, el poder icónico del coche se ha ido transformando. “En algunas películas de acción, de aventura, el protagonista ve en el automóvil aquello que los héroes antiguos encontraban en su caballo o en su espada; es decir, el coche se convierte en un gran elemento al alcance del héroe para cumplir su misión”, afirma.
En clave española, la vinculación entre coche y cine nace con otro modelo de SEAT, el 600. El propio Salvadó explica que “ese vehículo encarnaba la representación de una época en la que España estaba cambiando, y se convirtió en el referente de la clase media española”.
A este profesor universitario le resulta difícil definir qué papel tendrá el coche en el lenguaje audiovisual del futuro, aunque tiene claro que siempre se asociará con valores como la modernidad y el progreso.“Podríamos decir que el cine se ha convertido en una especie de catálogo de imágenes de lo que puede ser el coche del futuro”, concluye.