Prueba: Skoda Superb 1.4 TSI iV P-HEV DSG Style: gasolina, electricidad y etiqueta 0, ¿se puede pedir algo más?
La marca checa tiene a la venta un modelo híbrido enchufable de última generación que atesora toda la experiencia del Grupo Volkswagen en esta materia.
El Superb iV es el primer modelo de estas características que Skoda ha puesto a la venta. La mecánica está compuesta por un motor de gasolina 1.4 turboalimentado que rinde 156 CV (115 kW) y va asociado a un propulsor eléctrico que aporta otros 85 kW, para desarrollar, en conjunto, 218 CV de potencia.
Gracias a una autonomía, en modo 100 por cien eléctrico, de 55 kilómetros, según ciclo WLTP, el automóvil logra la etiqueta 0 emisiones de la DGT. Con estas cualidades, el Superb iV es el método de transporte ideal para aquellos que viven en el extrarradio de las grandes ciudades, bajan a diario a la oficina, en el centro de la urbe, y regresan a casa tras terminar la jornada laboral.
Dos mejor que uno
En el caso del Skoda Superb iV se cumple esta máxima. Con la asociación de los propulsores de combustión y eléctrico, se consiguen cifras de consumo inigualables, se reducen las emisiones contaminantes y las prestaciones mejoran notablemente.
El motor de gasolina 1.4 TSI desarrolla una potencia de 156 CV, entre 5.000 y 6.000 rpm, y un par motor de 250 Nm, entre 1.500 y 3.500 vueltas. Va unido, exclusivamente, a la transmisión automatizada de doble embrague DSG, de seis velocidades, y tiene un funcionamiento agradable y una entrega de potencia muy lineal.
Por su parte, el propulsor eléctrico de 85 kW ofrece 330 Nm de par y una “patada” inmediata nada más pisar el acelerador, cuando arrancamos desde parado, independientemente de que esté funcionando por sí solo o está trabajando junto al de gasolina.
La potencia máxima combinada es de 218 CV y el par motor conjunto llega hasta los 400 Nm. Como en todo automóvil híbrido, la potencia combinada no se obtiene sumando simplemente las potencias individuales de cada motor, porque el régimen de giro de cada uno y la forma de entregar la fuerza es muy diferente. Para los menos experimentados que quieran saber cómo se calcula, y sin entrar en explicaciones técnicas, podríamos decir que se averigua en base al punto más alto donde coinciden las curvas de potencia de ambos motores.
La batería que alimenta a la mecánica eléctrica tiene una capacidad neta de 10,4 kWh (13 kWh, si hablamos de la bruta). El consumo medio homologado de ambos motores, en ciclo WLTP, es de entre 14,0 y 14,5 kWh cada 100 kilómetros de energía eléctrica y 1,5 litros de combustible. En condiciones reales, el gasto de gasolina se eleva hasta los 3,0-3,5 litros y el de energía eléctrica ronda los 16,0-17,0 kWh, como sucede con cualquier modelo cuando lo conducimos en tráfico abierto.
Con la batería totalmente cargada y el depósito de combustible lleno, el vehículo permite una autonomía total de hasta 850 kilómetros sin repostar, aunque, como siempre, todo dependerá de quién conduzca y cómo lo conduzca.
El Skoda Superb iV alcanza una velocidad máxima de 224 km/h y acelera de 0 a 100 km/s en solo 7,7 segundos. Son buenas cifras, teniendo en cuenta que el coche pesa, en vacío, 1.655 kg.
Modos de conducción y utilización
Puede parecer que estamos hablando de dos apartados idénticos, pero no es así. Una cosa es la respuesta que obtenemos de distintos elementos mecánicos y otra, muy diferente, el uso que queremos hacer del motor eléctrico y la energía acumulada en la batería de alta tensión.
Por un lado, el conductor puede elegir entre cuatro modos de conducción predefinidos, Eco, Comfort, Normal y Sport, y uno personalizable, conocido como Individual. Con cada uno de ellos, varían parámetros de la conducción como la respuesta del motor, el acelerador y la transmisión automatizada de doble embrague DSG, el tacto de la dirección asistida o el tarado de la amortiguación con control electrónico DCC (Dynamic Chassis Control).
Por otro, el usuario tiene la posibilidad de seleccionar el tipo de propulsión que desea utilizar, mediante tres modos, E (Eléctrico), Híbrido y Sport, más dos opciones que permiten aumentar o mantener la carga de la batería de alto voltaje, con la finalidad de usar esta energía en momentos puntuales como, por ejemplo, al entrar dentro de la ciudad.
Con la función E activada, el automóvil se mueve, únicamente, gracias al motor eléctrico y alcanza una velocidad máxima de 135 km/h. La aceleración de 0 a 60 km/h se consigue en solo 5 segundos, así que permite moverse en el tráfico urbano como pez en el agua… sin consumir ni una sola gota de combustible ni emitir contaminantes a la atmósfera.
En el modo Híbrido, el sistema electrónico de gestión del conjunto propulsor elige en cada momento qué motor es el más indicado, teniendo en cuenta, siempre, la demanda de potencia que haga el conductor. De esta manera, puede hacer funcionar de forma independiente al motor eléctrico o al térmico o lograr que los dos trabajen en conjunto.
El modo Sport ofrece lo mejor de los dos motores: la respuesta inmediata del eléctrico y el aprovechamiento más constante del térmico. El rendimiento en conjunto, ya comentado, alcanza los 218 CV y convierte al Skoda Superb iV en un auténtico “GTI”.
En las otras dos funcionalidades restantes, el conductor puede “forzar” al sistema híbrido, como hemos mencionado anteriormente, para aumentar la carga de la batería o mantener la existente en ese momento, si se pretende usar la energía eléctrica más tarde. Lógicamente, si hacemos uso del motor gasolina para la primera finalidad, estaremos siendo muy poco eficientes y el gasto de combustible aumentará, de media, entre 3,0 y 4,0 litros cada 100 kilómetros. No es la manera más ecológica de recargar la batería ni, mucho menos, la más barata. Lo ideal es recurrir a un enchufe.
Hablando de enchufe, en una toma doméstica de 2,3 kW el tiempo necesario para cargar la batería es de unas 5 horas; casi 4 horas si el cargador (wallbox) llega a los 3,7 kW.
Habitáculo y maletero
En el interior, los materiales que se emplean tienen un tacto agradable y una excelente calidad de ensamblaje. Destacan el cuadro de instrumentos Virtual Cockpit con pantalla de 10,25 pulgadas, el sistema de infoentretenimeinto Columbus con pantalla táctil de 9,2 pulgadas y los tapizados de cuero y Alcantara de los asientos y el techo, que forman parte de la dotación de fábrica. Todos los mandos quedan cerca de la mano del conductor.
El control de crucero adaptativo ACC con la nueva función predictiva, que tiene en cuenta las señales de tráfico, los datos de la navegación y otros vehículos que circulen por la vía, para adaptar la velocidad de nuestro automóvil de forma autónoma y mejorar la eficiencia en líneas generales, figura entre el equipamiento de serie.
También está incluido, entre otros, el sistema de frenada de emergencia en ciudad con detección de peatones Front Assist, pero el detector de vehículos en el ángulo muerto Side Assist o el asistente de cambio involuntario de carril Lane Assist se pagan aparte y el paquete de ambos cuesta 1.115 euros.
El maletero del Superb iV es un poco más pequeño que el de las versiones con motor de combustión, concretamente 140 litros, por la inclusión de la batería delante del eje trasero y la reubicación del depósito de combustible. Ahora, la capacidad total se queda en 485 litros.
Las llantas Vega Aero Black, de 19 pulgadas, y la pintura metalizada Blanco Moon que equipa nuestra unidad de pruebas son opcionales y tienen un sobrecoste de 675 y 680 euros, respectivamente.
Buenas maneras
El comportamiento dinámico del Skoda Superb iV es uno de los puntos fuertes del automóvil. La suspensión, controlada electrónicamente, está formada por amortiguadores de dureza variable, así que el coche es cómodo, pero no balancea ni cabecea en exceso y siempre podemos recurrir al modo de conducción Sport, si queremos disfrutar de una carretera más revirada.
En curvas rápidas, el tren posterior copia bien las irregularidades del asfalto y mantiene la trayectoria que marca el eje delantero. El apoyo de la carrocería transmite confianza al conductor y la dirección asistida tiene uno de los mejores tactos del mercado.
Cuando se suceden las curvas, los cambios de apoyo se llevan a cabo con rapidez agilidad y el coche no plantea el más mínimo problema, si nos mantenemos, por supuesto, dentro de los límites de adherencia que marcan los neumáticos.
En definitiva, la versatilidad de uso, una dinámica de conducción excelente y una habitabilidad sobresaliente convierten al Superb iV en un vehículo de referencia, dentro de su segmento.
¿Cuánto hay que pagar?
El precio de adquisición, sin tener en cuenta promociones ni descuentos, del Skoda Superb 1.4 TSI iV P-HEV DSG 6 vel. Style es de 42.500 euros. Si lo comparamos con el de su primo el Volkswagen Passat GTE 1.4 TSI e-Power DSG 6 vel., un modelo de similares características, aunque menos habitable y con un maletero más pequeño, a la venta por 53.014 euros, sin incluir campañas, observaremos que cada marca tiene una política de venta muy diferente.
Os invitamos a que visitéis el configurador de las dos páginas webs para que observéis lo que comentamos. En el mejor de los casos, con todas las ofertas descontadas, el Superb iV es casi unos 1.300 euros más barato y no tiene nada que envidiar al Passat, así que yo lo tengo claro. ¡Que lo disfrutéis!