Sistemas ADAS
Los sistemas avanzados de asistencia a la conducción ADAS (Advanced Driver Assistance Systems, por sus siglas en inglés) son uno de los mayores avances que ha experimentado el automóvil en materia de seguridad.
Pero se trata de una tecnología compleja y en constante evolución, que los conductores han de comprender.
- El 80% de los conductores con cuyos coches equipan detección de ángulo muerto desconocían sus limitaciones.
- El 40% desconoce las diferencias entre el sistema de advertencia de colisión delantera y el frenado automático de emergencia.
- El 25% no realiza verificaciones visuales complementarias, confiando ciegamente en estos sistemas.
1. ¿Qué son los sistemas ADAS?
Englobados bajo esta denominación hay un conjunto de sistemas que se caracterizan por prestar una asistencia al conductor para aumentar la seguridad y facilitar la conducción.
Algunos sistemas ADAS simplemente informan al conductor de situaciones de su entorno. Otros, le alertan de una situación de riesgo, por ejemplo, que hay un gran diferencial de velocidad con el vehículo que nos precede o que estamos pisando la línea y podríamos salirnos de la calzada.
Y cuando el conductor hace caso omiso a estas advertencias, hay sistemas que incluso pueden tomar el control de los frenos y/o la dirección del vehículo para evitar una salida de carretera o una colisión, o para reducir sus consecuencias.
Sí: un coche que equipe un sistema de frenada de emergencia autónoma puede dar un frenazo por sí solo si considera que hay riesgo de colisión inminente. Esa capacidad para conducir el coche convierte a algunos sistemas ADAS en los precursores de la conducción automatizada.
Los sistemas ADAS más comunes son:
- Control de Crucero Adaptativo
- Asistencia de Mantenimiento de Carril
- Limitador de Velocidad Adaptativo
- Aviso de Ángulo Muerto
- Aviso de Colisión Frontal
- Aviso de salida
- Cambio Involuntario de Carril
- Aviso de tráfico trasero cruzado
- Frenada de emergencia automática
Los sistemas ADAS están compuestos de un conjunto de sensores, una unidad o “cerebro” que fusiona e interpreta la información aportada por ellos, y el cableado y conexiones necesarios para unirlos e interactuar con otros componentes del vehículo.
2. ¿Cómo funcionan?
Los sistemas ADAS disponen de “ojos” (cámaras, radar, ultrasonidos y lidar, principalmente) que recogen información en función de sus capacidades técnicas.
Las cámaras reconocen colores y tienen un amplio rango de 50 a 500 metros, y de hasta 180º; y reconocen personas, animales y objetos a través de algoritmos de su software e inteligencia artificial.
El radar, sin embargo, localiza objetos estáticos y en movimiento en los alrededores del vehículo, y determina su velocidad relativa, distancia y posición.
Toda la información recogida se envía a la unidad de mando del sistema, que fusiona todos esos datos y genera un reconocimiento fiable del entorno del vehículo: la vía, otros vehículos, peatones, animales, señalización….
Esa información se contrasta con los datos del movimiento del propio vehículo (velocidad, situación, aceleración, frenada, giro…) y con las acciones del conductor, para detectar situaciones de riesgo y actuar en consecuencia, ya sea alertando o tomando el control del coche.
3. ¿Son realmente eficaces?
Sí, los sistemas de asistencia a la conducción ayudan a conducir con más seguridad y a reducir la incidencia del error humano.
Gracias a ellos se van a reducir significativamente las cifras de siniestralidad a medida que vayan ganando presencia en el parque general de vehículos.
La DGT ha estimado que, si todos los automóviles equiparasen estas ayudas a la conducción, se evitarían o reducirían las consecuencias de un 57% de los accidentes en España.
La UE ha estimado que con la propuesta de sistemas ADAS obligatorios a partir de 2022 se podrán evitar 25.000 muertes en carretera en los próximos 15 años en la Unión Europea.
La mitad de esta reducción de la siniestralidad será gracias al frenado autónomo de emergencia que evitará un gran número de colisiones por alcance y se reducirá el número de víctimas y de heridos por latigazo cervical; y a los asistentes de cambio y mantenimiento de carril, que evitarán muchas colisiones en vías rápidas por maniobras de cambio de carril son señalizar.
4. ¿Qué coches los llevan?
La mayoría de los modelos del mercado pueden equipar, de serie u opcionalmente, algunos de estos sistemas. Y su implantación en España crece a ritmo exponencial.
En España, casi uno de cada tres automóviles nuevos vendidos en 2019 equipaba detector de ángulo muerto (29%) y sistema de mantenimiento de carril (27,5%); el frenado de emergencia autónomo (24,5%), control de crucero adaptativo (24%) y reconocimiento de señales (20%), también están muy extendidos.
Además, la UE ha elaborado un reglamento que obliga a que todos los automóviles que se vendan a partir del año 2022 deberán ir equipados de serie con dispositivos como un asistente inteligente de velocidad, una caja negra, una señal de frenado de emergencia o un detector de marcha atrás.
5. ¿Necesitan mantenimiento?
Desde el punto de vista del usuario, estos sistemas no requieren de ninguna atención ni mantenimiento especial, más allá de mantener limpia la zona del parabrisas en la que se encuentran alojadas las cámaras.
Son los servicios oficiales, o talleres autorizados, quienes comprueban electrónicamente que no hay fallos en el sistema, según el mantenimiento programado en el libro de revisiones.
En caso de sufrir un accidente que afecte a alguno de sus elementos, tras la reparación habrá que recalibrar las cámaras y sensores para que funcionen correctamente, algo que afecta especialmente al parabrisas.
Cuando se sustituye y se instala uno nuevo, las cámaras y sensores de los sistemas ADAS han de ser recalibrados para asegurarnos de que ofrecen una información precisa a los sistemas de seguridad.
Esta recalibración ha de ser realizada por profesionales con la formación, experiencia, metodología y tecnología adecuadas.
6. ¿Pueden fallar los sistemas ADAS?
Los sistemas ADAS pueden sufrir fallos de funcionamiento porque sus cámaras y sensores no hayan sido recalibrados, o esa operación se haya hecho de un modo incorrecto, tras la sustitución de un parabrisas.
Cuando los sensores fallan por una mala calibración, el coche no es capaz de realizar un reconocimiento fiable del entorno y los sistemas de seguridad fallan, lo que puede provocar un frenazo a destiempo o, lo que es peor, una colisión o un atropello.
El Grupo Belron ha realizado pruebas en el Reino Unido con el instituto MIRA para valorar los efectos de una mala calibración en el funcionamiento de los sistemas ADAS (https://youtu.be/WX6FhvJghls).
Quedó demostrada una progresiva degradación del rendimiento del sistema de frenado de emergencia automática AEB cuando la calibración de la cámara montada en el parabrisas se desviaba de las especificaciones del fabricante.