IV Jornada de Tecnología y Seguridad Vial
La IV Jornada de Tecnología y Seguridad Vial, celebrada en Madrid, nos dejó muchas ideas y propuestas encaminadas a mejorar la seguridad vial y la movilidad.
Bajo el lema “La movilidad del futuro es ahora”, prestigiosos ponentes aportaron su visión sobre los grandes retos a los que nos enfrentamos, como sociedad, para conseguir una movilidad segura y eficiente.
1. Obligatoriedad de los sistemas ADAS
Los directores del Observatorio Nacional de Seguridad Vial (Álvaro Gómez), Servei Català de Trànsit (Juli Gendrau) y Trafikoa (Sonia Díaz De Corcuera), coincidieron al señalar que sistemas ADAS de ayuda a la conducción como el control inteligente de velocidad, la frenada autónoma de emergencia y la alerta de cambio involuntario de carril, deberían ser obligatorios en todos los coches nuevos.
2. Todas las clases de vehículos deberían ser iguales en seguridad
Los grandes avances tecnológicos en seguridad vial tendrían que llegar a todos los vehículos por igual. Para Juli Gendrau, “todos los vehículos deberían llegar los mismos sistemas: autobuses, camiones, furgonetas…”.
3. Los conductores necesitan formación en nuevas tecnologías
La mayoría de los conductores desconocen el funcionamiento de los sistemas de seguridad que llevan sus vehículos y cómo sacarles el mayor partido.
4. Velocidad de innovación vs velocidad de regulación
Los avances técnicos se desarrollan a gran velocidad y a las administraciones públicas les cuesta seguir su ritmo para establecer nueva regulaciones.
5. La ‘Visión Zero’, ¿una utopía?
Desde dos puntos de vista casi contrapuestos, el filósofo Javier Echevarría y Robert Nowak (Responsable de Asuntos Económicos de la División de Transporte de la Comisión Económica para Europa de Naciones Unidas) defendieron el mismo argumento: es prácticamente imposible conseguir la ‘Vision Zero’, un objetivo de la UE para el año 2050.
6. Las personas no se pueden subordinar a las tecnologías
A pesar de que podría ser el camino para eliminar la mortalidad en carretera, la conducción autónoma sigue despertando muchos recelos.
Formar a las personas y ciudadanos para el uso eficiente de las tecnologías; pero también humanizar a los robots o a los vehículos inteligentes: tienen que estar diseñados para personas
7. ¿Interesa lo suficiente la seguridad vial?
La seguridad vial no suele estar en primera línea en el debate social. Para poder seguir reduciendo la siniestralidad.
Hay que conseguir que la seguridad vial sea una prioridad política, que haya debate social, implementar medidas que sabemos que funcionan y continuar investigando en nuevas tecnologías.
La IV Jornada sobre Tecnología y Seguridad Vial
La IV Jornada de Tecnología y Seguridad Vial ha sido un éxito de participación y ponentes. Bajo el lema “La movilidad del futuro es ahora”, se ha debatido sobre todas las vertientes de la aportación de la tecnología a la seguridad vial y la relación de ésta con las personas.
Neil Rogers, abrió un evento presentado por la periodista Marta Solano, asegurando que “ojalá, dentro de no demasiados años, estas Jornadas ya no tengan sentido y hayamos alcanzado la Vision Zero: cero accidentes y cero víctimas. Hasta que llegue ese momento, en Carglass seguiremos trabajando, investigando, formando y divulgando para que las carreteras y calles sean más seguras para todos”.
Para más información se puede acceder a la web www.tecnologiayseguridadvial.es.
La influencia de los sistemas ADAS en la seguridad vial
Según el estudio de la DGT ‘Influencia de los sistemas de ayuda a la conducción en la seguridad vial’, en las carreteras españolas se producen más de 90.000 accidentes anuales, con unas consecuencias de más de 1.600 fallecidos y superando los 9.500 heridos graves.
çLas causas principales de los siniestros siguen siendo el factor humano y las distracciones. Los sistemas de asistencia a la conducción ADAS permiten la reducción del riesgo de siniestro, pudiendo ayudar a evitar o mitigar las consecuencias del mismo.
Si todos los automóviles equiparan estas ayudas a la conducción, se evitarían o mitigarían significativamente las consecuencias de un 57% de los accidentes en España, un total de 51.000, con un impacto directo en la cifra de fallecidos y heridos.
Además, el coste directo de accidentes para España supone al año, según datos de la DGT en 2014, un total de 9.600 millones de EUR, más de un 1% del PIB nacional.
Otra de las conclusiones de ese estudio es que en España se podría reducir un 45% este gasto, lo que supondría un ahorro de 4.300 millones de euros anuales, con la implantación generalizada de sistemas de asistencia a la conducción.