EL TÚNEL DE VIENTO DE AUDI: AERODINÁMICA PARA CAMPEONES
Además de ser una herramienta imprescindible para el desarrollo de sus vehículos de calle y de sus coches de competición, al túnel de viento de Audi también acuden a perfeccionar su rendimiento los deportistas de alto nivel de disciplinas como el esquí, la natación o el ciclismo. Los miembros de los equipos de esquí de Austria y Suecia, y el equipo alemán de saltadores de esquí, aprovechan el verano para preparar la temporada de invierno en el túnel de viento de Audi.
El túnel de viento de Audi, situado en Ingolstadt (Alemania), es una de las instalaciones más avanzadas del mundo en su categoría. Y su rotor de 5 metros de diámetro movido por una turbina de 2,6 megavatios, capaz de producir vientos de hasta 300 km/h, no se detiene ni en época de vacaciones.
Aunque habitualmente se utiliza para el desarrollo de los coches de calle y de competición, las instalaciones del túnel de viento de Audi ofrecen las condiciones ideales para que deportistas de disciplinas como el esquí, la natación o el ciclismo puedan trabajar la posición de su cuerpo o estudiar el comportamiento de su vestimenta o equipamiento para mejorar sus tiempos.
En el pasado ya utilizaron el túnel de viento de Audi deportistas como el nadador y campeón olímpico Ian Thorpe, que pudo mejorar el diseño de su bañador analizando las corrientes y turbulencias del aire, sujetas a los mismos principios físicos que el agua. También han recurrido al túnel de viento de Audi equipos ciclistas o de bobsleigh para encontrar la posición ideal en la que situarse sobre la bicicleta o sobre el trineo, de cara a mejorar la penetración aerodinámica.
Pero sin duda, son los esquiadores y los saltadores de esquí los deportistas que pueden sacar el máximo partido del túnel de viento de Audi cuando se trata de descubrir la postura más aerodinámica o perfeccionar el movimiento durante el despegue o el vuelo posterior, algo muy difícil cuando se acaba la nieve y los entrenamientos específicos de temporada. Al fin y al cabo, al igual que en los circuitos, unos milímetros en saltos o unas centésimas de segundo en esquí alpino marcan la diferencia entre la victoria o la derrota.
Klaus Kroll lo explica así durante la sesión de entrenamiento en el túnel de viento de Audi con sus compañeros de la Asociación Austríaca de Esquí: “Nuestro deporte es tristemente célebre por las diferencias tan pequeñas que existen entre los que ganan y los que pierden. Por ello es tan importante para nosotros poder centrarnos en la optimización de los materiales. En mi caso es mi primera vez en el túnel de viento, pero no me hizo falta esperar a comprobar los resultados para saber que valió la pena el viaje.”
El entrenador del equipo austriaco, Burkhard Schaffer, asegura: “Las pruebas que realizamos en el túnel de viento de Audi son muy importantes de cara a la preparación para la próxima temporada. Las conclusiones que obtenemos nos ayudan a optimizar la posición del cuerpo de cada atleta durante el descenso, así como resultados importantes en cuanto a materiales para proporcionar información a nuestros fabricantes y que mejoren aún más su trabajo.”
Todos los deportistas que pasan por estas instalaciones quedan asombrados del bajo nivel acústico en el interior del túnel, en el que simulando unas condiciones de viento de 160 km/h, el ruido generado es de apenas 60 decibelios. Y los saltadores pueden practicar con vientos de hasta 100 km/h, que los mantienen suspendidos en la corriente de aire como si volaran durante un salto real.
Richard Freiteg, del equipo alemán de saltos, asegura: “es ideal, aquí podemos centrarnos en cosas que es imposible evaluar en saltos reales, como la influencia real de la posición de nuestros brazos para mejorar la aerodinámica, o el mejor ángulo a adoptar para volar más lejos.” Su entrenador, Werner Schuster, va más lejos: “en el túnel de viento de Audi podemos ensayar fácilmente con unas condiciones de viento constantes, sin variaciones en la intensidad o la dirección, y hasta podemos ajustar la velocidad del viento de forma independiente para cada atleta.”
Situado en Ingolstadt (Alemania), el centro en el que se encuentra el túnel de viento de Audi tiene una superficie de 10.000 metros cuadrados, y consta de tres túneles independientes, el túnel aerodinámico, el túnel climático y el termal, donde se pueden ensayar los vehículos en condiciones muy próximas a las reales.
Combinando estos tres túneles, Audi puede realizar pruebas de sus coches de calle simulando un frío glacial, vientos huracanados o un calor abrasador, pues los límites de utilización se sitúan entre 25 grados centígrados bajo cero, y 55 grados sobre cero. Además, es posible realizar pruebas de lluvia y de sol, y no existe limitación para realizar ensayos con vehículos de gran tamaño o dotados de tracción total. Antes de salir al mercado, cada nuevo vehículo de Audi pasa unas 250 veces por los distintos túneles de viento, donde se realizan cerca de 6.500 horas de pruebas al año.
La utilización del túnel de viento ha sido muy importante a la hora de la puesta a punto del primer vehículo eléctrico que Audi pondrá a la venta a finales de 2012, el R8 e-tron. Sobre todo porque en un vehículo de este tipo, cada centésima que mejora el coeficiente aerodinámico supone un aumento de la autonomía. Y al no necesitar entradas de aire para la admisión o la refrigeración del motor, ni tampoco sistema de escape en los bajos del vehículo, los requerimientos aerodinámicos son muy distintos a los de un R8 con motor de combustión.
También el en túnel de viento se optimiza el diseño de los coches de competición de Audi, como el último el Audi A5 DTM vencedor del último campeonato alemán de turismos, el R8 GT3 o el Audi R18 e-tron quattro vencedor en la pasada edición de las 24 Horas de Le Mans.
14-08-2012