Día Internacional de las personas con discapacidad
“En la vida no te queda otra: o te levantas y sigues, o te quedas atrás. Yo desde el minuto uno adopté la primera opción”. Ha pasado poco más de año y medio desde que Cristina Sales sufrió una lesión medular que le impide caminar. Esta joven de 32 años está cargada de positivismo y fortaleza para afrontar, como dice ella, su “nueva vida”.
Cristina estuvo ingresada en el Institut Guttmann de Barcelona, donde empezó un proceso de rehabilitación para ejercitar la musculatura y ganar autonomía. Uno de los ejercicios se centra en aprender a entrar y salir del coche y a cargar su silla. Para ello, los pacientes cuentan con un SEAT León cedido por la compañía automovilística y la ayuda de un terapeuta que les va guiando. Éste fue el paso previo a conducir para Cristina. Al cabo de poco tiempo, se sacó un permiso especial para personas con discapacidad.
Actualmente, utiliza el vehículo a diario. “El coche es para mí imprescindible, ahora mismo no podría vivir sin usarlo. Es mi vida y para mí significa libertad, ya que puedo ir donde quiera y cuando quiera, y esto para mí es vital”, comenta al volante de un SEAT León adaptado. Conduce habitualmente y ha conseguido dominar la técnica, aunque a menudo sigue necesitando ayuda, sobre todo, para cargar la silla.
“No es un camino fácil”, confiesa, y en muchas ocasiones siente “nostalgia de caminar”. A pesar de vivir momentos duros y pasar por un proceso difícil, “lo más importante es aceptar tu nuevo cuerpo”, sostiene Cristina. En este sentido, su entorno ha jugado un papel clave. Al margen de prestarle su apoyo incondicional, asegura que familiares y amigos nunca le han hecho sentir que tiene una discapacidad.
En su día a día, esta joven sigue con la rehabilitación. “Tengo que estar físicamente muy preparada, hacer deporte prácticamente cada día y no parar nunca con el proceso de recuperación. He mejorado muchísimo y me voy autosuperando”, asegura Cristina. Su empeño y perseverancia son algunas de las actitudes que más enfatiza Mónica, una de las fisioterapeutas de la Fundación Step by Step de Barcelona donde se trata Cristina. “Lo que más me sorprendió cuando la conocí es que no se pone límites”, resalta la especialista.
Con esta actitud, se dispone a disfrutar de su nueva vida, “diferente a la anterior, pero normal”, matiza Cristina. Y es ahora, en esta nueva etapa, que ve cumplir un sueño: “Una de mis primeras preocupaciones cuando supe de mi lesión era saber si podía llegar a ser madre”, explica. Actualmente está embarazada y espera la llegada de una niña, que “saldrá con más amor y cariño que ningún bebé de este mundo”. Una vez más, Cristina demuestra que su lesión no es un límite para lo que se proponga.