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Estamos ante una combinación de deportividad, elegancia, ostentosidad, modernidad. Ópticas traseras con una fila de LEDs en forma de U, o la tercera luz de freno vertical que divide la luna trasera en dos. Como su hermano el Bugatti Veyron, combina piezas en fibra de carbono artesanal con un acabado azul oscuro con piezas en aluminio pulido en gris y que llama poderosamente la atención.
El motor, un 8.0 litros W16, con cuatro turbos, 1001 CV y 1250 Nm de par máximo que ya lleva el Bugatti Veyron y que alcanza una velocidad máxima de 350 km/h. El motor está colocado en posición delantera longitudinal, con tracción en las cuatro ruedas y los frenos son carbono cerámicos, para obtener un máximo rendimiento. Debido a que está adaptado para funcionar con bioetanol, bien podría generar aún más potencia con el E85.
En el interior, lujo y comodidad, acabados en piel y madera de altísima calidad. Conjuga a la perfección modernidad y clasicismo. En el tablero central sólo tiene dos relojes centrales que informan de la velocidad y rendimiento del motor, además equipa los últimos sistemas multimedia.
Toques de exclusividad máxima como el reloj suizo de precisión hecho por Parmigiani, llamado Reverso Tourbillon que fue diseñado para retirarse y poder acomodarse en la muñeca como cualquier otro reloj, lo mismo que llevarse el navegador GPS TomTom caminando.
Un verdadero cochazo y una berlina que puede tutear a Rolls y Bentley, en lujo y exclusividad.
15-09-2009 Agustín Conde
